martes, 25 de agosto de 2015

La sucesión afista

Luis Segura ejerce el cargo que aseguró jamás aceptaría, el de presidente de la Asociación del Fútbol Argentino. Marcelo Tinelli está obsesionado por ocupar, como sea, ese lugar. Ambos tienen al fallecido Julio Humberto Grondona como el tótem del dirigente. El hombre de Argentinos Juniors ofició de ladero incondicional de quien fuera presidente de la AFA durante 35 años y el empresario televisivo mantiene una relación de décadas con la familia Grondona.

El artículo 50 del reglamento de la casa matriz del fútbol argentino generó un fuertísimo enfrentamiento entre dirigentes. Entorno al mismo giraba la posibilidad o no de Tinelli para postularse al cargo. Pero la guerra mudó en repentina hermandad. Los que antes se atacaban terminaron por fotografiarse abrazados y sonrientes tras aprobar por unanimidad en el Comité Ejecutivo la habilitación del vicepresidente de San Lorenzo.

Lo que se presenta como la pipa de la paz se sabe es un petardo de efecto retardado. Los acuerdos de cúpulas movilizados por negociaciones de toma y daca nunca son duraderos. Todos los involucrados recorren un laberinto de conductas desquiciadas.

Las cartas de presentación son disímiles. Tinelli acredita una exitosa gestión institucional y deportiva en San Lorenzo y Segura ninguna de las dos cosas en Argentinos. Uno no quiere dejar el máximo cargo del fútbol nacional y el otro lo pretende a como dé lugar. Mientras tanto, el fútbol argentino sigue sostenido por una estructura corroída hasta sus cimientos.
(Foto: Canchallena.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com