martes, 14 de mayo de 2013

El paso de Martino habrá dejado huella


Cuando termine la temporada, el fútbol argentino se habrá dado un lujo de un año y medio, la enriquecedora presencia de Gerardo Martino. El Tata reorganizó a Newell´s para rescatarlo de la lucha por la permanencia en Primera y elevarlo a la disputa por el torneo y la Libertadores. Consiga o no títulos, ya logró algo muchas veces más difícil que las vueltas olímpicas: una alta y amplia consideración por su equipo.

Regresó a la institución rosarina por un llamado del corazón. Después de dirigir con suceso a Paraguay desestimó ofertas muy importantes en virtud del club que lo formó y lo idolatró como jugador y bautizó con su nombre una de las tribunas del estadio. No le importó que las condiciones estuviesen lejos de ser las ideales; no midió el riesgo personal, o, si lo hizo, no le preocupó asumir el riesgo. Mucho había tenido que esperar para volver, ya que estuvo vedado en los ignominiosos tiempos de Eduardo López.

Se abocó entonces a transformar al conjunto rojinegro. Forjó una estructura colectiva con una defensa sólida, un mediocampo de buenos administradores de pelota y una delantera con tres hombres. Armó un conjunto que sabe ocupar los espacios para quedar bien guarecido ante los avances rivales y establecer ataques frondosos.

Con la prédica del ejemplo logró el regreso desde Europa de dos mundialistas, Maximiliano Rodríguez y Gabriel Heinze. También pegó al vuelta el goleador y mejor jugador del torneo Final, Ignacio Scocco. También se apoyó en los productos del club, como Hernán Villalba, y tomó decisiones relevantes, la principal en el arco, donde optó por Nahuel Guzmán en lugar del consagrado Sebastián Peratta.

Recientemente, Martino le apuntó al fútbol argentino en su línea de flotación, en su aspecto más endeble, el organizativo. “El fútbol argentino es histérico, tramposo y ventajero”, espetó hace unos días para reiterar los conceptos que ya había dado hace un año. “No me gusta que los partidos se jueguen cuando quiere un determinado grupo de gente o elegir el árbitro por conveniencia. Me gustan las cosas ordenadas y claras”, arremetió al asegurar que su tiempo en nuestro medio terminará con esta temporada.

En el plano futbolístico, analizó que “es muy difícil encontrar juego asociado, la pelota vuela mucho” y que se juega “más a la segunda pelota que a elaborar”. Los partidos protagonizados por Newell´s son habitualmente los que tiene el tiempo neto de juego más alto.

Fuera de tiempo y distancia, Agustín Marchesín dijo que no debía quejarse porque “el fútbol argentino le da de comer”. Afortunadamente para él, Martino resolvió la situación alimenticia propia y de los suyos hace muchos años. El fútbol argentino necesita mucho más a Martino de lo que Martino necesita al fútbol argentino. El arquero de Lanús habló en relación a la mala conducta del DT durante los partidos, una recurrente falla del Tata.

Sus días en el fútbol argentino están contados, lo anunció a comienzos de año sin que eso significase disminuyese la tensión y el compromiso de sus jugadores. Newell´s es uno de esos equipos en el que los futbolistas juegan para su entrenador, algo que se logra solamente cuando se admira al conductor. El equipo de Martino no se guarda nada y pelea el torneo y la Copa Libertadores; tal vez se quede sin nada, pero habrá sido intentándolo todo.
(Foto: Telam.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

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