martes, 10 de julio de 2012

Riquelme, su verdad y las interpretaciones

“Le comuniqué al presidente que no voy a continuar. Amo a este club, voy a estar agradecido por siempre con la gente de Boca. El compromiso que tengo es muy grande, pero me siento vacío y no tengo nada más para darle al club. Estoy agradecido, a mis compañeros, al cuerpo técnico y a los dirigentes. Es una decisión mía. Yo no puedo jugar a la mitad. Llevo 16 años en el fútbol. Llegué a lo máximo, pensé que no iba a jugar una final de Copa nunca más. Ahora sólo quiero ir a mi casa, abrazarme con mis hijos y comer asado con mis amigos”.

La voz entrecortada de Juan Román Riquelme cerraba así su tercer ciclo vestido de azul y oro. Los periodistas que se encontraban en la antesala del vestuario visitante del estadio Pacaembú eran testigos de una noticia que eclipsaría incluso la derrota de Boca en la final de la Copa Libertadores.

Pese a sus dichos, las interpretaciones de la prensa recorrieron dos caminos, ambos a partir de la suposición del descontento del ídolo xeneize. Por un lado, se especuló con una ruptura con el entrenador, y, por otro, con el presidente. De ningún modo fueron lógicas infundadas, porque Riquelme ha tenido marcadas diferencias con Julio César Falcioni y con Daniel Angelici.

El número diez y el DT han expresado públicamente y en la cancha –uno con su juego, el otro con la disposición de sus equipos- distintos modos de entener el juego. Se trató entonces de una conveniencia forzada, muy friccionada en la llegada del entrenador y más llevadera con el paso del tiempo. Más o menos ríspida, nunca fue una relación basada en la confianza.

En tanto, Angelici renunció en su momento a la tesorería de la institución en desacuerdo con el contrato que se le había ofrecido al jugador, el mismo vínculo que ahora como presidente desea que cumpla. El futbolista había dicho en la campaña electoral que se quedaría en el club si Jorge Amor Ameal continuaba al frente de la Comisión Directiva, pero que no sabía qué haría ante un cambio de autoridades. La mirada que le dirigió Angelici segundos antes del anuncio de su partida no es posible entre dos personas a buenas.

Pero lo concreto es que las palabras de Riquelme no apuntaron ni al técnico ni al presidente. Contrariamente, les agradeció. De haberse sentido a disgusto con alguien, lo hubiese expresado, como lo hizo nada menos que con Maradona y en la Selección.

A lo largo de su carrera ha sido muy valiente dentro y fuera de la cancha. Callarse o mandar a decir no va con él. Lo que hayan afirmado quienes se jactan de ser sus confidentes correrá por su cuenta, tanto como las elucubraciones de los intérpretes de los medios. Riquelme puntualizó en el desgaste mental y físico, el mismo que lo hizo jugar poco en las pasadas temporadas. Esa fue su verdad, la única que cuenta.
(Foto: Telam.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com 

1 comentario:

Unknown dijo...

riquelme,uno de mis idolos futbolisticos..alguien que me hizo estremecer de alegria muchas veces..siempre hablando de su forma de jugar de su exquisitez...fuera de ella...siempre me hizo ruido,nunca supe si es un buen o mal compañero,si es camarillero o solo un concepto de los periodistas..me deja sabores agridulce roman...fuera de los 90 minutos,dentro de ellos,ninguna duda de que es uno de los mejores,y será muy grande la sensacion de extrañeza...un enganche,como los q no hay mas...