martes, 21 de febrero de 2012

La mejor apuesta para mantenerse en Primera

Sabe que para no caerse de la máxima categoría del fútbol argentino está obligado a cosechar una alta cantidad de puntos. Una empresa así exige coraje. Y Tigre hace su apuesta; asume riesgos pero sin despilfarrar todo en un pleno. Si el conjunto de Victoria había representado un buen libreto en el Apertura (fue séptimo con 27 unidades), lo expuesto en los primeros pasos del Clausura representa un versión corregida y aumentada a partir de maximizar virtudes y esforzarse en maquillar defectos.

En el estreno ante Racing, Rodolfo Arruabarrena –el técnico más joven de Primera División, con 36 años- plantó en Avellaneda un equipo que delante del arquero dispuso de tres defensores, cuatro mediocampistas, dos volantes sueltos y un delantero. Con nombre propios, la lineación fue con Javier García; Norberto Paparatto, Mariano Echeverría, Lucas Orban; Martín Galmarini, Diego Castaño, Emmanuel Pio, Ramiro Leone; Román Martínez, Diego Morales; Carlos Luna. Con esa formación, el Matador puso en serios apuros a la Academia y estuvo muy cerca de llevarse los tres puntos a partir de la concentración en la marca y la disposición de un circuito fluido para el tránsito de la pelota. Le faltó la estocada final y por eso fue 0 a 0.

De esa carencia tomó nota Arruabarrena para el encuentro ante San Martín de San Juan, por la segunda fecha. En el estadio José Dellagiovanna, el entrenador mantuvo la línea de tres en el fondo y también la de cuatro en el medio, pero el doble pivot central ya no estuvo conformado por dos futbolistas de recuperación sino que retrasó a Román Martínez, dejó como único enlace a Morales y Leandro Díaz se sumó al ataque para hacer dupla con Luna. Así, no sólo robusteció su ofensiva sino que manejó el trámite del encuentro ante los cuyanos. Impuso un juego de acumulación de pases y buen despliegue para ocupar todo el campo y ganar 3 a 1.

Tigre se desdobla para sumar cuatro o cinco jugadores en cada ataque sin que lo abrige una manta corta al cuidarse de no dejar expuesto su arco. Funcionan bien los relevos para defender y los desprendimientos para atacar por sorpresa en los sectores adversarios que quedan desprotegidos. En cada recuperación de pelota las transiciones son rápidas y con la premisa de terminar la jugada. Tiene un gran juego aéreo en las pelotas detenidas y ejecutantes de buen manejo para apostar por una tenencia bien nutrida.

Arruabarrena coloca tres zagueros pero por delante en los costados no escamotea con dos laterales que economicen sus escaladas. Ubica dos carrileros (Galmarini y Leone) que se cubren toda la banda y ensanchan el ataque. El eje del equipo es el triángulo que componen Castaño, Martínez y Morales para aportar despliegue, pase preciso y explosión. Adelante, Luna es un monumento al esfuerzo y un delantero con desarrollado olfato goleador. Su caso es una muestra de cómo el sentido de pertenencia muchas veces se vuelve un elemento determinante; para el Chino, Victoria es su lugar en el mundo.

Tigre tiene limitaciones, por supuesto; probablemente lo suyo no le alcance para pelear por los primeros lugares. Pero su prestación en las dos primeras fechas del torneo es una muy mala noticia para el resto de los equipos que pugnan por la permanencia. En ese otro campeonato, Tigre se perfila como el principal candidato al éxito.
(Foto: Telam.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

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