lunes, 29 de diciembre de 2008

Honor a Tigre

La enorme campaña realizada no puede verse opacada por la frustrada coronación del que hubiera sido su primer campeonato. En 106 años de historia, Tigre nunca estuvo tan cerca de un logro como el que seguramente mereció en el desenlace del Apertura 2008. Mientras Boca festejaba la conquista de un nuevo título, difícil era quedarse únicamente en la algarabía auriazul sin detenerse en el llanto de varios de los jugadores de Tigre y el reconocimiento, también emocionante y con lágrimas, de una repleta tribuna teñida de azul y rojo que gritaba hasta la afonía el reconocimiento a su equipo.

El conjunto dirigido por Diego Cagna demostró no haber sido menos que el campeón, a quien venció en las dos oportunidades que lo enfrentó: 3 a 2 en la Bombonera, en la sétima fecha, y 1 a 0 en el último encuentro oficial de 2008. Pero terminó resultándole carísimo haber jugado sus peores 45 minutos del semestre en la primera fecha del triangular final, ante San Lorenzo. Esto, más el muy bajo rendimiento en el torneo desempate de Martín Morel, su figura y goleador, y la ausencia en el choque decisivo ante Boca de dos pilares del equipo como Daniel Islas –el mejor arquero del campeonato- y Maximiliano Castagno completaron los obstáculos que Tigre no pudo sortear. De todos modos, estuvo apenas a un gol de ser campeón, para que todo Boca tuviese que contener el aliento hasta el pitazo final del árbitro Sergio Pezzotta.

El Matador se mostró siempre como un equipo equilibrado y a la vez muy ambicioso. Fueron varios los partidos en los que sumó tres y hasta cuatro delanteros en cancha para buscar el triunfo que lo mantuviera en las posiciones de vanguardia. Sustentó su gran rendimiento desde una sólida defensa, que tuvo como baluartes a Islas bajo los tres palos y Juan Carlos Blengio, un interesantísimo mediocampo, con el destaque de Matías Giménez, Sebastián Rusculleda, Castagno y Morel, y una delantera que terminó de encontrar su mejor versión con la dupla Carlos Luna-Leandro Altobelli y el aporte de Leandro Lázaro, autor de los dos goles que marcó Tigre en el triangular.

A diferencia de San Lorenzo y Boca, sus rivales en la definición del certamen, Tigre nunca tuvo un bajón de rendimiento que se reflejara en la acumulación de malos resultados. Los de Victoria no perdieron en todo el Apertura y el desempate dos partidos seguidos; su peor racha fue entre la tercera y la quinta fecha, cuando igualó con Vélez, perdió con San Martín de Tucumán (única derrota en el estadio Don José Dellagiovanna) y empató con Racing. En cambio, los xeneixes atravesaron una racha negativa de tres derrotas (incluida la goleada en Mendoza 4 a 1 ante Godoy Cruz), dos empates y sólo un triunfo, lo mismo que el Ciclón, que también sumó apenas 5 puntos entre la undécima y la decimosexta fecha. Además, Tigre fue el mejor local del campeonato, al cosechar 24 de los 27 puntos allí disputados.

Sin complejos ni ánimo de refugiarse en declaraciones de ocasión, todavía menos por entrar en ese juego de trasladar la presión, Rodrigo Palacio reconoció antes del definitorio choque en el estadio de Racing que los de Cagna habían sido no sólo el más regular sino, además, el mejor equipo del campeonato desde su funcionamiento colectivo.

Tigre creció de golpe. Y se hizo cargo de esa responsabilidad. En su primer torneo en la máxima categoría tras una ausencia de 27 años, no acusó complejos de adaptación y cambió el habitual trastorno de llegar del ascenso por el subcampeonato del Apertura 2007. Tal campaña significó la ida jugadores importantes, como Román Martínez, Lázaro (emigró a Estudiantes para luego regresar) y Sebastián Ereros. Pero tras un Clausura de mitad de tabla obtuvo nuevamente este reciente segundo escalón en el podio del fútbol grande de Argentina. Blengio, Castagno, Giménez y Martín Galmarini (actualmente en River), jugadores históricos del club y que demostraron tener suficientes cualidades para destacarse en Primera, acompañaron todo el vertiginoso proceso que implicó pasar en apenas dos años (2005-2007) de pelear por evitar el descenso a la cuarta categoría del fútbol argentino a la obtención de un subcampeonato en la divisional de elite.

Rey sin corona, Tigre se ganó con sobrados merecimientos el reconocimiento del ambiente futbolero. Con un plantel de menores recursos en comparación con Boca y San Lorenzo, el Matador realizó una campaña tremenda, pese a que se quedó sin un título que nadie hubiera podido objetar.
(Foto: Lanacion.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Otra vuelta, Boca

La más apasionante definición de los últimos años entregó el vigésimo tercer título local para Boca. Al igual que en las 19 fechas del campeonato, las tres del mini torneo de desempate lo vieron igualar en puntos con San Lorenzo y Tigre, pero dio la vuelta olímpica por diferencia de gol, de apenas un gol. El conjunto de Carlos Ischia fue un justo campeón, pero tal paridad hace que lo mismo se hubiese dicho si la gloria final era para los de Miguel Ángel Russo o Diego Cagna.

Los tres partidos para determinar al ganador del Apertura 08 no entregaron a un campeón notablemte superior a sus competidores. Boca superó con claridad a San Lorenzo 3 a 1, siendo el último gol, convertido por Cristian Chávez cuando el partido se terminaba, el que significaría la coronación. Tras el triunfo ante el Ciclón, Boca cayó derrotado ante Tigre 1 a 0, pero fue campeón porque en la primera fecha los de Victoria habían sido derrotados por San Lorenzo 2 a 1, resultado que no reflejó la evidente superioridad de los santos. Así, cada uno de los tres equipos que terminaron en la primera colocación sumaron en el desempate tres puntos, producto de una victoria y una derrota. Se trató de una continuidad en la lógica del campeonato, ya que al finalizar cada una de las últimas fechas el escenario se modifica y las chances de unos y otros crecían, desaparecían y volvían a aparecer.

No fue culpa de Boca la impresentable organización del certamen definitorio, disputándose, además, en arcaicos estadios que no permiten el ingreso de una ambulancia para socorrer a los protagonistas ante una situación de emergencia, como ocurrió con Juan Forlín. Así, no es difícil imaginar que la indisposición de un espectador implicaría para el infortunado quedar en las manos de Dios o la Divina Providencia. El fútbol argentino no solamente logra sobrevivir sino mantenerse competitivo pese a la imparable fuga de piernas y a esta estructura caótica producto de dirigentes incapaces -en el mejor de los casos- y de las injerencias del afín emporio mediático.

Campeón por diferencia de gol, tal vez el mayor mérito de Boca estuvo en haberse consagrado pese a los muchos contratiempos que tuvo. Casi no pudo contar con su delantera titular, por la rotura de ligamentos de Martín Palermo, goleador y referente, y la pubialgia de Rodrigo Palacio, la figura más desequilibrante. También por lesiones, solamente pudo disputar con su defensa ideal, integrada por Hugo Ibarra, Julio César Cáceres, Gabriel Paletta y Claudio Morel Rodríguez, apenas seis de los 21 partidos que disputó, obteniendo 16 de los 18 puntos en juego. Además, no ya por inconvenientes físicos sino por un conflicto que aún no salió a la luz, Mauricio Caranta dejó el arco y su lugar fue ocupado por el juvenil Javier García, quien en el segundo tiempo del definitorio encuentro ante Tigre fue reemplazado por el también debutante Josué Ayala, de 20 años, quien se hizo cargo de los tres palos en los minutos más dramáticos para Boca en todo el segundo semestre de 2008. La diatriba entre Juan Román Riquelme y el paraguayo Cáceres, cuando el equipo no estaba en su mejor versión, y la inesperada muerte del presidente Pedro Pompillo completaron los inconvenientes a los que el Xeneixe se sobrepuso para ser otra vez campeón.

La riquísima historia de Boca cierra con este título su década más gloriosa. En los 16 años previos a 1998, el club de la Ribera había celebrado apenas dos conquistas, una en el plano local y otra en el internacional, el Apertura 92 y la Supercopa 89. Pero en los últimos 10 años obtuvo la friolera de 18 títulos, 7 domésticos (Apertura y Clausura 1998, Apertura 2000, 2003 y 2005, Clausura 2006 y Apertura 2008) y 11 internacionales (Copa Libertadores 2000, 2001, 2005 y 2007, Copa Intercontinental 2000 y 2003, Copa Sudamericana 2004 y 2005 y Recopa Sudamericana 2005, 2006 y 2008).

Sin ser un campeón brillante y pese a no haber sido ostensiblemente superior a sus rivales directos, los merecimientos de la conquista no se pueden objetar. Contó en Sebastián Battaglia con el mejor jugador del campeonato, con la sabiduría de Riquelme y el muy buen aporte de los juveniles promovidos por Ischia, como Lucas Viatri, autor de 8 goles, y Nicolás Gaitán, protagonista de tantos decisivos. Boca agregó una nueva estrella a su escudo para darle todavía más brillo a su más gloriosa etapa.
(Foto: Inbobae.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

martes, 16 de diciembre de 2008

La década y media infame rosarina llegó a su fin

Finalmente, Newell´s Old Boys de Rosario se liberó del yugo que significó Eduardo López, quien se adueñó del club durante 14 años sometiéndolo a un marcado proceso de degradación. Pese a que con arrogancia había asegurado que ganaría las primeras elecciones celebradas en su presidencia por un margen de 60 por ciento, recibió un tremendo cachetazo de los socios, que habían estado imposibilitados de expresarse democráticamente desde 1994.

La lista del Movimiento Leproso (Mole), encabezada por Guillermo Lorente, se impuso con casi el doble de votos que la oficialista Solidez Institucional. El sector triunfador contó con el explícito apoyo de destacadas figuras del más profndo seno rojinegro. Primero, por el amor extremo de los hinchas, Marcelo Bielsa, que se manifestó con una carta pública y sufragó a primera hora. En tanto, su hermano Rafael, jefe de fiscales del Mole, y el prestigioso periodista Eduardo Van der Kooy fueron las caras visibles que más aportaron en los medios y en la lucha constante del día a día. También apoyaron la renovación los Socios e Hinchas Autoconvocados, la asociación contra la violencia Salvemos al Fútbol, el formador de juveniles Bernardo Griffa y los ex jugadores Gustavo Dezotti –nombrado manager del fútbol profesional- y Roberto Sensini, quien ocuparía el cargo de entrenador si Fernando Gamboa rechaza el ofrecimiento de continuar en el cargo.

Antes de la finalización del acto electoral, sabedores de la derrota, los miembros de la saliente Comisión Directiva desaparecieron sin dejar rastro. Jorge Ricobelli, directivo de Mole, aseguró se llevaron computadoras, escritorios, televisores y cámaras de seguridad. Apenas quedaron alrededor de 200.000 pesos en la caja del club (lo recaudado ese día por el pago de cuotas) y Lorente anunció que “trabajos de pintura, limpieza y mantenimiento” será lo primero que deberán hacer, al tiempo que contó que al entrar en el club notaron que “no había luz ni agua”. Pese a todo, se mostró feliz por su triunfo y porque “por suerte, después de 14 años, el club vuelve a estar abierto para la gente".

Cuando no tuvo más opción que llamar a elecciones -algo que había logrado impedir en 1997, 2000 y 2004-, López recurrió a todas las maniobras posibles para dificultar la participación. En la asamblea de socios realizada en mayo impidió el ingreso de los socios opositores y se adjudicó la Junta Electoral por 308 votos a 1; pero más tarde la Justicia anuló esa instancia y prodeció a su interevención. Posteriormente, impuso que los socios tuviesen pagas las últimas cuatro cuotas mensuales, cuando en el club no existía dónde hacerlo, ya que los socios de Newell´s lo eran de forma gratuita. Ocurre que López tenía fraguada una documentación con el pago de algunos socios; obviamente, adeptos al oficialismo. Si bien en un principio la Justicia declaró que no era necesario el pago, López logró mover sus aceitados contactos en los tribunales para que sí se exigiese lo que nunca había existido, el pago de las cuotas. Entonces, con sus matones alejó a los socios que se acercaban al club para cumplir con el requerimiento para votar y pese a que el día de las elecciones se había establecido que hubiese diez ventanillas abiertas para el cobro sólo funcionaron tres. Al asegurar que el problema de las elecciones en Newell´s era judicial y no político, el gobernador de Santa Fé, Hermes Binner, hizo lo posible por mantenerse al margen, aunque finalmente actuó para que el día de las elecciones estuvieran dadas las garantías necesarias.

Adueñarse de Newell´s durante tanto tiempo fue producto, en buena parte, del padrinazgo a su gestión de Julio Grondona, quien lo nombró Secretario de Relaciones Internacionales de la AFA, pese a que sólo habla español y no viaja por tener fobia a los aviones. Esa alianza le fue muy útil a López, pero no a la institución: trascendió que la deuda de Newell´s con la casa matriz del fútbol argentino superaría a los 50 millones de pesos. Esa pesada carga será sin dudas un condicionante para la nueva conducción en su relación con la sede de Viamonte 1366.

Durante los 14 años de gobierno de López, Newell´s obtuvo un título, el obtenido en el Apertura 2004. Pero el costo fue altísimo. El proceder institucional desapareció en virtud de una conducción autoritaria. Borró las actividades sociales al derrumbar sus instalaciones para ampliar el estadio; lo que quedó fue abandonado, como la pileta, que se convirtió en un gigantesco cubo de material agrietado con yuyos de dos metros. Pero ni así logró un estadio moderno y hoy la cancha está en muy deterioradas condiciones. Sí conservó el micro estadio, aunque quedó tercerizado por la barra brava, dueña también del pase de varios jugadores.

López trasformó un club integral y futbolísticamente importante en un discreto equipo de fútbol profesional. Al promocionar que Newell´s era “fútbol, fútbol y fútbol” pulverizó la parte social y de deportes amateurs, lo que le daba vida al día a día del club. Pero la prédica también fue falaz, ya que el equipo tuvo protagonismo a cuentagotas a partir de liquidar los talentos surgidos de uno de los mejores semilleros de la historia del fútbol argentino dejándolos libres, malvendiéndolos o entregándoselos a la barra.

Newell´s deberá reconstruirse casi desde la nada. Ahogado económicamente, mirado con recelo en la AFA por haber corrido a uno de sus protegidos, jaqueado por la violencia de la barra enquistada, nulo socialmente y vaciado institucional, el resurgimiento será trabajoso. Por lo pronto, ya consiguió una de las victorias más importantes de su historia, porque la salida de Eduardo López significa más que la conquista de un campeonato.
(Fotos: Odiables.blogspot.com)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

lunes, 15 de diciembre de 2008

Emoción máxima, pese a la desorganización

Con suspenso hasta el último instante, Boca, San Lorenzo y Tigre, los tres equipos que llegaron como líderes a la última fecha del Apertura 2008, ratificaron sus ambiciones al derrotar a Colón, Argentinos Juniors y Banfield, respectivamente. Acorde con la emoción del más reñido desenlace desde la instauración del profesionalismo en 1931, cada uno de los protagonistas contuvo el aire hasta el final, ya que los triunfos fueron por la mínima diferencia. Así, como hace 40 años y por segunda vez en la historia del fútbol argentino (en 1968 lo jugaron en el Gasómetro Racing, River y Vélez, que fue el campeón), el título se definirá en un triangular. En esa instancia, el Matador tendrá una pequeña ventaja, ya que de haber igualdad en puntos y goles será el campeón por haber vencido en el torneo a sus dos rivales.

Boca, en su casa, tenía su encuentro ante Colón definido a los 27 minutos cuando ganaba 3 a 0, con dos goles de Luciano Figueroa y otro de Juan Román Riquelme. Pero el Sabalero achicó distancias sobre el final del primer tiempo y se puso a tiro a los 8 minutos del complemento para que el conjunto de Carlos Ischia sufra hasta el final. Por su parte, San Lorenzo, en el estadio Diego Armando Maradona, zafó de dos claras situaciones de gol al comenzar el partido y en la primera que tuvo, a los 7 minutos, Gonzalo Bergessio marcó el único tanto de un partido que contó con una gran cantidad de situaciones de gol para ambos equipos. En tanto, en Victoria, Martín Morel, goleador de Tigre en el campeonato, anotó el tanto del triunfo ante Banfield, aunque la gran figura fue el arquero Daniel Islas, de muy buena actuación y autor de dos atajadas espectaculares cuando el partido expiraba.

Al margen de las muy fundamentadas sospechas de incentivación –públicamente pretendida por la mayoría de los jugadores involucrados, pese a ser ilegal- y hasta de soborno, en el caso de Argentinos –obviamente no denunciado, seguramente porque sí habrán estado muy bien dispuestos a recibir dinero de terceros para ganar-, todos los que tenían chances de quedarse con el título sumaron los tres puntos para seguir en carrera. Incluso Lanús, que también tenía hasta la última fecha matemáticas posibilidades de ser campeón pero muy difíciles desde la realidad, hizo lo suyo al vencer a San Martín de Tucumán en su estadio de Guidi y Arias, aunque no le alcanzó para la disputa por el título.

El sorteo y las muchísimas negociaciones realizadas en la misma noche del domingo determinaron que el primer encuentro lo disputen Tigre y San Lorenzo en el José Amalfitani el miércoles 17 a las 18:30, que luego se encuentren Boca y San Lorenzo en el estadio de Racing el sábado 20 a las 18:30 y que, finalmente, de ser necesario, choquen Boca y Tigre, también en Avellaneda el miércoles 23 a las 20:30. Así se evidencia que el armado de este torneo adicional para definir el campeón es, como todo lo organizado por la AFA, producto de la improvisación y el desatino ante un escenario que nunca se previó. Puede, entonces, no tratarse de un triangular, ya que si San Lorenzo gana los dos primeros partidos no será necesario disputar el tercero; hecho que molestó a quienes tienen los derechos de televización por no tener garantizados tres partidos definitorios. Esta configuración puede traer también una situación más compleja y es el hecho de que Tigre juegue el último partido sin posibilidades de ser campeón, ya que si pierde ante San Lorenzo y luego los de Miguel Ángel Russo empatan con Boca, enfrentará al Xeinexe sólo a modo de juez, lo cual despertaría enormes suspicacias. Todo esto se hubiera evitado si en la segunda fecha Boca se enfrentase al perdedor del primer choque (de haber un empate debería hacerse un sorteo), de modo tal que sí se garantice un triangular en el cual los tres equipos jugarían dos partidos con chances de ser campeón.

Pese a estos desaguisados, la más emocionante definición del fútbol argentino tendrá, tras la 19º y última fecha del torneo, un nuevo capítulo que sí será definitorio. Boca, San Lorenzo y Tigre pugnarán palmo a palmo por la gloria que los tres sienten merecer pero sólo será alzada por uno.
(Foto: Lanacion.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

jueves, 11 de diciembre de 2008

El Señor Fútbol

La selección argentina, desde la llegada a la dirección técnica de Diego Armando Maradona, transita la etapa inicial de un período de reestructuración. Refiriéndose a este proceso, el mejor futbolista de todos los tiempos mostró que está muy metido en el desafío de elevar el rendimiento y la consideración del equipo nacional y evidenció, una vez más, que es un sabio en lo que hace a la observación y el análisis del juego.

Lo primero que hizo, en un marcado contrapunto con los dos procesos anteriores, fue realizar una autocrítica. Pese a que se trató del primer partido del ciclo, destacó que si bien durante los primeros 30 minutos del choque ante Escocia el equipo ejecutó sus ideas, luego se diluyó, perdió la pelota y no mostró una buena versión. Valoró especialmente que en esa media hora inicial hubo dinámica, acumulación de pases, verticalismo y, sobre todo, llegada hasta el fondo de los laterales -Javier Zanetti y Emiliano Papa- cuando los mediocampistas -Maxi Rodríguez y Jonás Gutierrez- se cerraban hacia el centro.

“Hay que dejar el apellido de lado por la camiseta. Va a jugar el que rinda. Yo no soy amigo de nadie, de ningún empresario ni dirigentes, no hay compromisos con nadie. Acá o corren todos o no juega nadie. Hay algo que hay que respetar que es la camiseta. El que elige soy yo y el que acierta y se equivoca soy yo. Me designó (Julio) Grondona y el que hace y deshace soy yo”, aclaró Maradona en la entrevista radial concedida a Mariano Closs.

Sin embargo, volvió a elevar a Javier Mascherano por sobre el resto al destacar que es el único que tiene el puesto asegurado y al reiterar que la selección es “Mascherano y diez más”. Subrayó que la dupla conformada por su capitán y Fernando Gago será el corazón del equipo: “Quiero el equilibrio de Mascherano y Gago. A partir de ellos empieza a armarse el equipo, tanto ofensivamente como defensivamente”.

Diego elogió también a Juan Pablo Carrizo, Gabriel Heinze y Javier Zanetti, ya que, junto con el hombre del Liverpool, fueron a su entender los cuatro jugadores “que mejor entendieron el momento de la selección después de lo que había pasado en Chile”, en referencia a la derrota que significó la salida de Alfio Basile de la dirección técnica. El Pupi, que aparecía en los rumores mediáticos como uno de los seguros desterrados de la nueva era, recibió un enorme respaldo de Maradona: “Me sorprendió gratamente, como persona, por su estado físico y por su obediencia. Es un gran profesional y lo quiero en mi equipo”. De todos modos, adelantó que lo pondrá a “competir sanamente por el puesto” con Marcos Angeleri, de Estudiantes de La Plata.

De los que no estuvieron en césped del Hampden Park escocés, destacó a Juan Sebastián Verón por ser el estilo de jugador que quiere, ya que “está muy bien, parece un pibe de 18 años y corre más que cualquiera. Es un jugador completo y está entre los mejores del mundo. Tiene una sed de venganza y unas ganas de estar en la selección que son admirables”. Si bien esbozó que “entre Riquelme y Verón uno debe ser titular y el técnico dentro de la cancha”, tampoco descartó reunirlos en determinadas circunstancias a partir de asumir que los técnicos están “para encontrarle el lugar a esos jugadores que te dan garantías para hacerle daño al rival”.

También aseguró que sigue las actuaciones del volante de Tigre Martín Morel, quien le “gusta mucho y va a tener una chance”, aunque figuró que está “achanchado” al fútbol argentino. Pese a que no fue incluido en la lista de 14 jugadores que Maradona hizo del fútbol local para entrenarse en el predio de Ezeiza, el número 10 de Tigre, que seguiría su carrera en México, de todos modos podría sumarse a las prácticas cuando haya un campeón del torneo Apertura.

Pleno y muy metido en su rol de entrenador de la selección. Así se lo ve a Diego. Por eso confirmó que ya no estará en el Showbol y adelantó que en los primeros días de 2009 viajará a Europa para “ver a los muchachos, hablar con ellos y que hacer que sigan entiendo que lo que vale acá es defender la camiseta”. El golpe de efecto que sin dudas significó el nombramiento de Maradona menguó su fuerza para que comience a prestarse atención a las premisas de un proyecto futbolístico que despierta en muchos una gran ilusión.
(Foto: Informador.com.mx)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Hipocresía y demagogia

River afrontará la última fecha del Apertura con el único objetivo de no terminar el torneo en lo más bajo de la tabla de posiciones por primera vez en su historia, para lo cual deberá ganarle a Estudiantes en La Plata y esperar que Central no sume ante Godoy Cruz. En este marco, su presidente, José María Aguilar, asomó a los medios para fustigar al plantel profesional. Pese a ser el mayor responsable de la tremenda degradación institucional del club, salió a despegarse de una realidad que encuentra una de sus principales explicaciones en su conducción.

El titular de la entidad de Núñez, en declaraciones al programa Un buen momento, de radio La Red, uno de sus sitios favoritos para hacerse oír públicamente, aseguró: “Quienes formamos parte del club debemos asumir responsabilidades y hacer una profunda autocrítica”. Así, paradójicamente, reclamó dos conductas que jamás practicó y, acto seguido, le apuntó a los futbolistas, de los que señaló que “algunos juegan por la camiseta, otros por la plata o por amor al deporte, pero también hay que jugar por el honor de vestir la camiseta de River”. Aguilar habla de honorabilidad cuando ha hecho de River un lugar de fenomenales negocios para terceros y no para el club a la hora de vender a sus mejores valores a costo de saldo.

También se preocupó por menospreciar el nivel del fútbol argentino al aseverar que tiene sentido referirse al liderazgo “cuando hay que ir a jugar con Real Madrid en el Bernabeu” y no cuando se juega “de local con los equipos del torneo local”, para rematar que “los líderes de salita azul están para el preescolar”. Se sabe que este fue un tiro directo para Eduardo Tuzzio, capitán del equipo y a quien River pretende sacarse de encima. Si bien está claro que el ex central de San Lorenzo hace tiempo muestra un nivel inferior al necesario para jugar en Primera División, muy lejos está de ser uno de los factores centrales del este presente de River.

Alertó que “hay muchas cosas para analizar” y adelantó que “no va a ser tan sencillo como otras veces”. Es decir, hasta ahora puedo manejar con su astuta muñeca política en la carretera de baches que el mismo creó, pero ahora, con el equipo último, los humores son más difíciles de manejar y conciliar. Finalmente, pregonó que “la dirigencia de River es complaciente y muy defensora de sus jugadores”, aunque que “va a seguir defendiendo los intereses del club, pero esto gratis no es". Esto último es algo absolutamente sabido, para Aguilar nada es gratis.

Con la demagogia de criticar a los jugadores queriéndose poner en la voz del hincha y con la hipocresía de reclamar cuestiones, como el honor, que él jamás mostró desde su condición de presidente, Aguilar buscó despegarse del pésimo momento del equipo. Por eso mismo, pese a las criticas, aseguró que River tiene uno de los tres mejores planteles del fútbol argentino, endilgándose el mérito de haber conformado una plantilla fabulosa y culpado a los futbolistas de no haber estado a la altura de las circunstancias.

Los muchos sectores oscuros que tiene el fútbol argentino se explican desde la moral de la mayoría de sus protagonistas de saco y corbata. Que José María Aguilar sea el titular de River desde hace 7 años es un eslabon más de la cadena que entre otros integran Eduardo López, presidente de facto en Newell´s desde hace más de una década; Jorge Romo, el hombre que nunca dirigió pero maneja el arbitraje argentino hace casi 20 años, y, no ya como un eslabón, sino como el dueño de la cadena, el candado, la llave, el collar y el perro, Julio Humberto Grondona, amo y señor de la AFA desde 1979.
(Foto: Lanacion.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

lunes, 8 de diciembre de 2008

Una definición apasionante para un buen torneo

Este torneo Apertura que aún no finalizó es, desde lo futbolístico, superior al certamen que conquistó River en el primer semestre de 2008. Es, además, una de las definiciones más emocionantes y atrapantes de mucho tiempo a esta parte. San Lorenzo, Tigre y Boca llegan a la última fecha igualados en el primer puesto de la tabla con 36 puntos y cuentan con idénticas chances de terminar el año con vuelta olímpica. Agazapado y sin nada que perder por estar a dos puntos de los líderes, Lanús siente que puede obtener su segundo título, a un año del que concretó en la Bombonera. Y habrá un invitado omnipresente, incalculable y solapado: la incentivación.

Para que todo se defina en la última fecha hay tres opciones: que sólo gane uno de los tres líderes; que sólo uno empate, pierdan los otros dos y Lanús no gane, o que pierdan los tres y el Granate venza a San Martín de Tucumán. Ahora, para que no haya un campeón luego de disputadas las 19 fechas del torneo se abren varias posibilidades. Se jugará una final si: ganan dos de los tres punteros; empatan dos, pierde el restante y Lanús no gana; o empata uno, los otros dos pierden y Lanús gana. El campeón se definirá en un triangular si: ganan los tres líderes, empatan los tres y Lanús no gana, pierden los tres y los del del sur no ganan o dos empatan, el otro pierde y gana el conjunto de Luis Zubeldía. Y, por último, está la posibilidad de que se defina al dueño del Apertura 08 en un cuadrangular, para lo cual sólo hay una combinación de resultados: que empaten San Lorenzo con Argentinos, Tigre con Banfield, Boca con Colón y que Lanús le gane al San Martín tucumano. El único de los involucrados que jugará de visitante es el Ciclón, que lo hará en el estadio Diego Armando Maradona.

Un desempate mano a mano sería el cuarto en la historia del profesionalismo para determinar al campeón, tras el que en 1932 enfrentó a Independiente y River con festejo para los Millonarios, el que en 1951 protagonizaron Banfield y Racing para el tricampeonato de los de Avellaneda y el que, más recientemente, en 2006 disputaron Boca y Estudiantes con título Pincha. Un triangular volvería a repetirse luego del que disputaron en 1968 River, Racing y Vélez, en lo que fue el primer título de los de Liniers. En tanto, un cuadrangular para definir el título luego de cumplida la programación del torneo no registra antecedentes en el torneo argentino.

Lo cierto es que al margen del abanico de posibilidades, todo parecería indicar que con una terna de equipos en lo más alto de la tabla de posiciones a una fecha del final el campeón no se conocerá el próximo fin de semana y que las chances de Lanús, con tres equipos por delante, son muy remotas. Aunque los vaivenes de este torneo y las imprevistos que siempre tiene el fútbol advierten que todo puede pasar.

Si bien todos con la motivación de la gloria al alcance de la mano, los protagonistas llegan a este desenlace con estados de ánimo diferentes. Boca se quedó con la sensación de que dejó pasar una chance inmejorable al empatar con Gimnasia en La Plata, mientras que Tigre, luego de haber ganado un partido impresionante en Rosario ante Central tras ir 2 a 0 abajo , y San Lorenzo, que tuvo un rendimiento altísimo en la victoria 4 a 1 ante un derruido Independiente, llegan más fortalecidos.

Esta definición trae más de un dolor de cabeza a la Asociación del Fútbol Argentino. La impresentable organización de los certámenes locales no previó un desempate múltiple en el primer puesto, lo cual generaría un trastorno en los calendarios. Una final entre dos equipos se disputaría el miércoles 17 de diciembre, tres días después de la última fecha. Aunque no se sabe cómo será la definición si hay más de dos equipos involucrados en la disputa, un triangular podría disputarse el miércoles 17, sábado 20 y martes 23, mientras que un cuadrangular sumaría el viernes 26 o sábado 27. A tal punto no se contempló esta posibilidad que en la página oficial de la AFA no figura cuál es la reglamentación en caso de empate entre tres o más equipos en el primer puesto.

Pese a las constantes conformaciones de planteles y el cortoplacismo para los técnicos, el presente torneo ha presentado equipos que mostraron un juego vistoso y efectivo -aunque sin la regularidad necesaria para escaparse en solitario arriba- y varios muy buenos partidos. A esto se le suma una próxima definición tan estrecha como incierta para elevar a este Apertura 2008 por sobre los anteriores certámenes.
(Foto: Infobae.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

lunes, 1 de diciembre de 2008

Patrón de estancia

Será por siempre recordada aquella imagen de Juan Román Riquelme corriendo y sacándose a sus compañeros de encima para festejar un decisivo gol ante River poniéndose las manos detrás de sus orejas frente al palco oficial a modo de reclamo. Otras veces dedicó sus faenas a Diego Maradona en su palco y recientemente lo hizo con el hijo del ex presidente boquense Pedro Pompillo, Leandro, pocos días después del fallecimiento de su padre. Pero en el triunfo del último fin de semana ante Racing por 2 a 1, JR corrió a la platea preferencial de la Bombonera para, en lugar de festejar su segundo gol, señalar a un adolescente que lo habría insultado, algo que tristemente es ya un derecho adquirido del público del fútbol. La actitud del Nº 10 xeneixe hizo que varios hinchas hostigaran al joven golpeándolo y obligándolo a salir del estadio.

Estrella de Boca y referente de la selección nacional, el talentoso mediocampista en lugar de festejar un tanto que puede ser decisivo en la conquista del título se lo enrostró a un chico que al parecer le había reclamado de mal modo y con potente vozarrón que mejore su rendimiento. Como ídolo movilizador de conductas, su gesto hizo que varios hombres mayores al inesperado protagonista lo agredieran verbal y físicamente finalizando abruptamente su tarde de espectador de fútbol, ya que para protegerlo la Policía lo hizo retirarse, en lugar de apartar del espectáculo a los agresores. Esa gente, que paga alrededor de 3.000 pesos anuales para estar en ese privilegiado sector del estadio y que regala escupitajos a los rivales, es la cabal muestra de que una cómoda posición económica muy lejos está de incluir buena educación y comportamientos esenciales a la vida en comunidad.

Ante la Academia fue, una vez, artífice fundamental del triunfo de su equipo: dos goles, gambetas, amagos y quirúrgicos pases lo pusieron claramente como el valor más destacado del encuentro. Pero el sentimiento de Riquelme fue cruzarse con un chico, en una cancha en la que por cada uno que lo insulta debe haber 4000 que lo adoran. Porque a él no se le puede reclamar nada. Tiene en Boca todos los privilegios que requiera; es por excelencia el divo xeneixe.

Con la victoria consumada, a su salida del vestuario los periodistas presentes lo interrogaron sobre su conducta, a lo que irónicamente respondió que "(el joven) estaba nervioso, es un chiquito... Se ve que el padre no le debe hablar mucho". Es decir que Riquelme, jugador de renombre mundial, se puso a la altura de un chiquito. En declaraciones televisivas (el inicio de un raid mediático en el que buscó aprovechar sus 30 segundos de fama), el plateísta pidió disculpas por su conducta, algo que hasta el momento no hizo el jugador.

La irresponsabilidad de Riquelme fue apuntada por la Justicia, ya que la fiscalía de La Boca, a instancias de la actuación de oficio del Ministerio Público, le labró una contravención por incitación a la violencia por la cual podría verse obligado a pagar una multa de hasta 2000 pesos. Tratándose de la parcial justicia argentina y de un muy popular jugador de fútbol sabido es que todo quedará en la nada.
(Foto: Lanacion.com.ar-Fotobaires)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

martes, 25 de noviembre de 2008

Handicap Boca

Cuando sólo quedan tres fechas para finalizar el torneo, hay una muy mala noticia para los equipos que miran la punta desde abajo: es Boca quien está en la cima. Curtido como nadie en los últimos años en este menester de lograr campeonatos -aún en situaciones desventajosas o de mayores responsabilidades-, no será sencillo para sus rivales verlo ceder. Si bien el último fin de semana para ganar en Tucumán a San Martín y llegar sin compañía a lo más alto debió contar con la inestimable colaboración del árbitro Carlos Maglio, muchos méritos ha acumulado este Boca.

Disputó casi todo el certamen sin Martín Palermo y Rodrigo Palacio, su letal dupla ofensiva. Bien puede aventurarse que sin ellos en cancha el conjunto auriazul se privó de algo así como 15 goles que significasen 8 o 9 puntos más en la tabla. En el caso del platense, su ausencia implica además la falta del referente, del líder, y de alguien a quien no intimida en lo más mínimo sentir todas las miradas puestas en él.

Mayores fueron los contratiempos en la defensa. También por lesiones, el tramo final del Apertura encuentra a Boca sin su zaga central titular, conformada por Julio César Cáceres y Gabriel Paletta. Hugo Ibarra, dueño de lateral derecho, también sufrió ausencias por su físico, lo mismo que Morel Rodríguez por la izquierda. Los cuatro juntos sólo pudieron estar presentes en seis partidos (los cinco primeros del campeonato y el superclásico ante River), en los cuales el equipo sumó 16 de los 18 puntos en juego. Además, “por haberle mentido a sus compañeros”, según señaló el técnico, Carlos Ischia, -a lo cual bien podría sumarse el revuelo que la novela generó en la prensa- Mauricio Caranta dejó el arco y su lugar fue ocupado por el debutante juvenil Javier García, de 19 años.

Los problema se completaron con dos cuestiones extradeportivas de distintos matices: el cruce de fuertes declaraciones entre Juan Román Riquelme y el paraguayo Cáceres y el golpe que significó la inesperada muerte de Pedro Pompillo, quien fuera el titular de la entidad.

A todo esto logró sobreponerse Boca para estar hoy en la punta. Y en gran medida es mérito de Ischia haber conseguido que sus dirigidos dejen atrás todas estas cuestiones.

Si algo potencia todavía más las posibilidades de Boca es la situación de sus adversarios en la lucha por el título. Por un lado, San Lorenzo, que fue puntero durante la mayor parte del torneo, mermó sustancialmente su rendimeinto y apenas ganó uno de los últimos seis encuentros que disputó. Aunque está solamente a dos puntos de los de la Ribera, anímica y futbolísticamente el conjunto de Miguel Ángel Russo está claramente disminuido. Por otro, Tigre, que desplegó un muy buen juego a lo largo del campeonato, dispone de menos recursos y variantes que Boca y San Lorenzo, al tiempo que deberá soportar el vértigo del protagonismo en instancias definitorias, algo difícil de sobrellevar para los equipos sin experiencia en esas peleas.

En esta última etapa del campeonato, mantener la punta y enhebrar al menos tres partidos sin derrotas es algo que no ha ocurrido. Esta irregularidad alimenta incluso las esperanzas de Lanús que, pese a estar a cuatro unidades del líder y con tres equipos por delante, está convencido de poder aspirar a la consagración final.

Sin su mejor versión, Boca está de todos modos en el primer puesto. El próximo fin de semana enfrentará a Racing y, como esto es fútbol y todo puede ocurrir, tal vez la situación actual tome otro giro, como viene ocurriendo cada fin de semana. Pero la experiencia del Xeneixe en estas definiciones, una vez que a muy poco del final ha logrado hacerse de la punta en soledad, parece augurar otra vuelta olímpica teñida de azul y amarillo.
(Foto: Diariouno.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

jueves, 20 de noviembre de 2008

Un comienzo para la ilusión

A poco más de 14 años de haber disputado su último partido con la selección, Diego Armando Maradona tuvo su estreno como director técnico de Argentina. Lo que reclamó y esperó durante mucho tiempo se hizo realidad. Fue ante el mismo rival, Escocia, y en el mismo estadio, el Hampden Park de Glasgow, donde en 1979 convirtiera su primer gol con la casaca albiceleste. El inicio de la era Maradona mostró resplandores para ilusionarse en distintos aspectos, lo que permite vislumbrar un futuro con brillo. El Rolls Royce lleno de tierra comenzó el proceso para recuperar su elegancia.

En lo que al juego refiere, y aún con todo por delante, hubo una mejora táctica conseguida desde el orden y la motivación. Lo mejor se vio en los primeros 25 minutos, cuando el equipo se mostró vertical, rápido en las trasiciones y aprovechando integralmente el terreno. Claro que todo ante un rival de rango menor y, como era lógico, se trató más de chispazos que de una constante. De todos modos, sirvió para presagiar lo que se avecina, fundamentalmente desde un grupo que, siendo el mismo que con Alfio Basile, se mostró más consustanciado y comprometido, seguramente en línea con lo que emana desde la conducción.

El binomio conjugado en la mitad de la cancha por Javier Mascherano y Fernando Gago fue el inicio de la presión, el ataque y la defensa. Esa sociedad será el núcleo del equipo nacional; la capitanía entregada por Diego al hombre del Liverpool transita en ese sentido. Aunque, claro está, resta saber cuál será el rol de Juan Román Riquelme. El DT adelantó que será el diez del equipo y todo hace prever que tendrá protagonismo estelar, ya que sin él, ante los británicos, optó por un esquema con dos líneas de cuatro y una dupla atacante.

Otra grata carta de presentación fue el buen aprovechamiento de los laterales. Emiliano Papa tuvo un buen debut y Javier Zanetti (que contrariamenente tuvo su 128º presentación con la celeste y blanca) demostró que está vigente y sigue siendo un aporte sustancial cuando integra la defensa y no el mediocampo. Tanto el hombre de Vélez como el del Inter acompañaron siempre los ataques de Maxi Rodríguez y Jonás Gutiérrez. Esas combinaciones externas generaron salida con dinámica.

En el ataque, Carlos Tévez se constituyó en uno de los puntos más altos del equipo. Sin escatimar su entrega habitual, recuperó la tranquilidad que no había tenido en presentaciones anteriores. El cambio de actitud -para mejor- del delantero del Manchester United fue el de todo el conjunto, fortalecido por la motivación de esta nueva etapa, marcada por todo lo que la figura de Maradona implica.

Quedó demostrado que apenas una charla de Diego, al margen del muy necesario trabajo de campo para prever todas las situaciones posibles en un partido, genera en los jugadores un empuje anímico que más tarde tiene su correlato en la cancha. Sobrio y observando cada detalle, estuvo sentado en el banco casi todo el partido y sólo se paró a dar algunas indicaciones una pocas veces, sobre todo en el complemento, cuando el equipo se diluyó. Apenas gritó el gol de Maxi Rodríguez y salió último del campo de juego luego de saludar con un beso y un abrazo a cada uno de sus dirigidos. Como lo había adelantado a la prensa, su expresión distó ampliamente de la mostrada en su condición de hincha y se lo vio en una versión aplomada –aunque no desapasionada- que demuestra entiende perfectamente las formas y responsabilidades que su cargo requiere.

El primer encuentro de la selección argentina con Maradona como DT fue positivo. Aunque el estreno ante Escocia fue apenas eso, un primer paso, y es evidente que aún quedan muchas cosas por resolver. La idea del técnico aparecerá con el mayor tiempo de trabajo, porque no corre la excusa del pasado de la imposibilidad de entrenar por disponer de los jugadores sólo dos o tres días antes de los partidos. El trabajo es acumulativo y la suma de entrenamientos, aunque distanciados en el tiempo, es lo que permite lograr la solidez colectaba para aprovechar el talento de cada uno de los componentes del equipo. Diego Armando Maradona estableció su primer mojón como técnico de la selección argentina de fútbol, el hombre que como nadie conoció el cielo y el infierno, puso manos a la obra para darle, una vez más aunque desde otro perfil, lo mejor que sí a la camiseta que defendió como nadie.
(Foto: Lanacion.com.ar - AP)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

lunes, 17 de noviembre de 2008

Rehenes

Las tardes de domingo con fútbol son un patrimonio histórico de los hinchas que ha sido arrebatado. El negocio de la televización del fútbol entregado por la AFA en el reinado de Julio Grondona y avalado por los presidentes de los clubes podó con dureza una parte de la cultura de un pueblo eminentemente futbolero. Por la conveniencia mediática, solamente los seguidores de Boca y River tienen cada fin de semana dominicales jornadas para disfrutar de la presentación de sus equipos. Los partidos programados para las tardes y noches de viernes y sábados provocan hace rato el fastidio de los hinchas y le causaron una herida muy profunda al fútbol de ascenso y las ligas regionales.

En la decimoquinta fecha del torneo Apertura, los más perjudicados fueron los simpatizantes de Lanús y Banfield, cuyo clásico comenzó a las 18:45 del viernes. Pero eso fue solamente una parte del atropello. Los dos goles del derby sureño, convertidos por Diego Lagos y Nicolás Bertolo, se concretaron en el primer tiempo, es decir antes de las 19:30. Pero fueron tomados de rehenes por la televisión, que los liberó recién el domingo luego de que los relojes de Buenos Aires y las provincias que comparten el mismo huso horario ya habían dado las 23. Sí, casi 52 horas después. Muchos fueron los hinchas del Granate y el Taladro que por cumplir con su jornada laboral o estar camino a sus hogares no pudieron ver el partido y tuvieron que esperar más de dos días para ver un compacto que escasamente superó los 5 minutos.

Días y horarios inconvenientes, violencia, entradas costosas y estadios sin comodidades hicieron que mucha gente deje de ir a la cancha. Ese compendio de dificultades para el espectador fue funcional a los intereses de la televización, que vio incrementarse no sólo el número de suscriptos al cable, sino también de compradores de los encuentros codificados. Sin embargo, pagar estos servicios implica un despeojo en tanto escasean las repeticiones de las jugadas polémicas, las vistosas y los goles. Todo ese material se le niega a quienes abonan mensualmente para ver partidos en vivo y se lo retiene de modo tal que se garantice un piso de rating al programa que a partir las 22 del domingo, desde hace más de 20 años, tiene la exclusividad del estreno de las imágenes de los encuentros de Primera División.

Apenas finalizado un partido del Real Madrid, Manchester United, Juventus o Bayern Munich, sea por liga local o certámenes europeos, ya están disponibles los goles y las jugadas decisivas desde todos los ángulos. Pagar un servicio de televisión por cable permite eso, aunque para ver imágenes de un partido del campeonato argentino hay que esperar hasta las últimas horas del domingo, aunque el encuentro se haya disputado en la tarde del viernes.

La estafa es doble. Por una parte, la venta de los derechos de televización desde la AFA ha sido un despojo para los clubes, lo cual no responde sólo a la voracidad de la empresa que realiza todo tipo de arbitrariedades, sino también a la vergonzante entrega hecha por Grondona, a la nula defensa de sus instituciones por parte de los presidentes y a la inexistencia de una legislación que prohíba esas conductas monopólicas que ejerce la empresa dueña del fútbol. Por otra, porque el producto del negocio es también un golpe para los telespectadores, que deben esperar a veces más de 48 horas por unas pocas imágenes del encuentro de su equipo, y también para aquellos que pagan para ver en vivo los partidos y son privados de una transmisión de calidad.
(Foto: Lanacion.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

lunes, 10 de noviembre de 2008

En once meses, River se deglutió a Simeone

Ni siquiera el título local obtenido en su llegada, después de 4 años de sequía, le permitió mantenerse en el cargo. Esa vuelta olímpica dada apenas cinco meses atrás no fue atenuante para el durísimo presente. Así, tras haber quedado eliminado de la modesta Copa Sudamericana ante Chivas de Guadalajara, el segundo rival que le tocó enfrentar (anteriormente había eliminado a Defensores, de Uruguay), y marchando último en el Apertura, Diego Pablo Simeone decidió dejar de ser el entrenador de River. Algo previsible por las actuaciones de los últimos meses.

En su estada en Núñez, pese a no haber llegado a ser de un año, el ex capitán de la selección argentina dirigió en total cuatro certámenes. Cosas propias de la vergonzante organización de la Asociación del Fútbol Argentino y la Confederación Sudamericana de Fútbol. En simultaneo con el Clausura 2008 que finalmente obtendría, disputó la Copa Libertadores, de la cual quedó afuera ante San Lorenzo, en el Monumental, en un partido que será recordado en el tiempo. Los otros dos compromisos fueron los que marcaron su salida: la Copa Sudamericana y el presente Apertura, en el cual River enhebra la peor racha de su historia con 12 encuentros sin victorias, por lo que ocupa el último lugar en la tabla a sólo cinco fechas del final.

Simeone nunca logró que River tuviese su impronta, que ejecutase su ideal de juego. Fue un campeón mediocre en el precedente torneo doméstico; fue campeón porque un equipo debía serlo. El título claramente se apoyó más en un puñado de buenas individualidades que en una cohesión colectiva alcanzada por la mano del entrenador. El Cholo sufrió su paso por River, o al menos lo disfrutó con un grado de tensión extremo. El visible nerviosismo con el que vivió cada partido marcó un fuerte contraste con la serenidad que mostraba en el banco de Estudiantes, cuando sí vio ejecutarse en el campo de juego sus ideas. Es probable que la situación personal por la que atraviesa, hecha pública por revistas y programas de chimentos, haya afectado su trabajo como técnico.

Simeone ha tenido precipitadas salidas en sus tres procesos como entrenador y también choques con referentes. Si bien dejar Racing respondió a una decisión de la extinta Blanquiceleste S.A. y la marginación de Ariel Ortega se sostenía en argumentos de peso, sus idas de River y de Estudiantes (sobre todo ésta), en La Plata con los enfrentamientos con Juan Sebastián Verón y José Luis Calderón, marcan aspectos que debe mejorar en su rol de conductor.

River no se comió a Simeone por su falta de capacidad. Nadie le pondrá al entrenador ese lastre de ser considerado un profesional no apto para los equipos de mayor convocatoria y atención mediática. Lo ve pasar fugazmente en el peor momento institucional de su historia, porque hace rato que los fracasos deportivos del Millonario hay que buscarlos en la Comisión Directiva encabezada por José María Aguilar antes que en planteles o cuerpos técnicos.

Sus conocimientos, el férreo apego al trabajo, la intención de tener siempre un equipo ofensivo y su constante búsqueda de solucionar errores –aunque no siempre del mejor modo-, fueron reconocidos por los riverplatenses. Ni en los peores momentos los principales reclamos de los hinchas recayeron en él. Con el equipo último, los aplausos antes de iniciarse el encuentro ante Huracán, que se repitieron en el final pero con silbidos para los jugadores, marcaron la valoración a la tarea del entrenador y el entendimiento de que fue quien más hizo por revertir la peor situación de River en su historia.

Apenas un puñado de meses atrás, el Cholo era el seguro próximo entrenador del Atlético de Madrid y estaba entre los primeros en las consideraciones para hacerse cargo del seleccionado nacional tras la Copa del Mundo de 2010. Tal vez no haya retrocedido en esa proyección, pero sí deberá pulir algunos de sus manejos y formas de trabajo para ser, definitivamente, ese gran entrenador del que ya ha dado pruebas.
(Foto: Lanacion.com.ar)

Patricio Insua
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lunes, 3 de noviembre de 2008

Pese al mal momento, San Lorenzo mantiene la punta

Se trataba de una semana clave, con nueve puntos en juego tras los cuales sólo quedarían seis fechas por delante. Esa instancia crucial del campeonato significó la peor racha de San Lorenzo, que perdió dos clásicos y apenas pudo igualar en el Nuevo Gasómetro con Gimnasia y Esgrima de La Plata, asfixiado en la tabla de los Promedios. Ante Racing y Boca fue superado con claridad, aún mayor que la diferencia mínima que expuso el marcador final en ambos encuentros. Carente de variantes ofensivas -la que había sido su mejor carta en el torneo- y desconectado entre líneas, las lesiones y suspensiones terminaron por diluir a un equipo que muy poco tiempo antes parecía desfilaba al título.

Sin embargo, pese a este derrumbe que se explica también en buena parte desde la baja de los rendimientos individuales, el equipo de Miguel Ángel Russo vive esta crisis desde lo más alto de la tabla de posiciones. Logró mantener el liderazgo, aunque ya no en soledad, sino ahora en compañía de Tigre y Boca. Inmerso en sus propias confusiones, en su momento más difícil en lo que se lleva disputado del Apertura, no es poco para el conjunto azulgrana que el bajón le llegue estando arriba y no en la búsqueda de alcanzar la vanguardia.

Pero el liderazgo lejos está de ser algo en lo cual pueda resguardarse para enfrentar las críticas y superar la coyuntura. Otra actuación como las precedentes y estar en la punta no será argumento. La caída fue futbolística y anímica, porque no tuvo respuestas de juego ni carácter para sobreponerse. De hecho, tras la derrota ante Racing y el empate con Gimnasia, San Lorenzo llegó el domingo a la Bombonera sabiendo que un empate lo dejaba sólo en la cima, un punto por encima de Tigre –que había perdido el sábado ante Argentinos 2 a 0- y tres por sobre la línea de Boca. Pero la cadena de malos rendimientos y escasísima cosecha de puntos agregó su tercer eslabón ante el Xeneixe.

Sin dudas, fue una semana por demás complicada para los de Russo. Antes de enfrentar a la Academia en Avellaneda, San Lorenzo estaba primero con holgura, cinco puntos delante de Tigre y ocho por sobre Boca, con quines hoy comparte la punta. Además de aspectos individuales y colectivos, deberá trabajar en el plano anímico para superar una tan pronunciada como inesperada baja de rendimiento.

Con puntaje ideal en las últimas 4 fechas, los de Carlos Ischia parecen haberle arrebatado la chapa de principal candidato al Ciclón. El Tigre de Diego Cagna, con el menor cartel propio de la disputa ante dos grandes, mostró una identidad que sustenta sus aspiraciones. En tanto que San Lorenzo -que quedó como el más golpeado de los tres líderes- deberá recuperar los argumentos que ya exhibió para buscar su undécima conquista del certamen de Primera División. Más atrás, Newell´s, Lanús y Vélez estarán al acecho para ver si pueden dar el zarpazo en un campeonato que parecía juzgado y hoy está más abierto que nunca.
(Foto: Clarin.com.ar)

Patricio Insua
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miércoles, 29 de octubre de 2008

El inicio de una era: Maradona será el DT y Bilardo estará como manager

La máxima gloria de la historia del fútbol argentino regresa al seleccionado y eso, por su propio peso, es para celebrar. Diego Armando Maradona se dará el gusto de dirigir al conjunto nacional. Sin dudas, se trata de un reconocimiento merecido a quien hace rato pedía la oportunidad de conducir tácticamente al equipo que como jugador le entregó más que nadie. El nombramiento llega en un momento en el cual se lo ve íntegro y habiendo dejado atrás los problemas personales que comprometieron su salud. Lo merecía como nadie y la ilusión es inmensa por todo lo que el protagonista significa y representa. El barrilete cósmico toma vuelo nuevamente.

Llega a la dirección técnica un mito viviente, un hombre que, al margen de ser seguramente la personalidad más conocida del mundo entero, es admirado y respetado hasta el paroxismo por los futbolistas argentinos. Llega quien genera y moviliza como nadie. Llega alguien que por sí sólo incrementará el propio peso de Argentina en el Planeta Fútbol. Llega la más poderosa motivación para el plantel albiceleste. Llega quien defendió la camiseta argentina dejando hasta el último aliento, sin guardarse nada jamás, pese a su juego incomparable y ser objeto de una idolatría extrema.

Su conocimiento del juego difícilmente pueda ser puesto en discusión y comprobada es su visión para detectar las buenas capacidades de los futbolistas. De esto se desprende que no tendrá mayores inconvenientes en parar un equipo con los intérpretes apropiados para ejecutar la táctica y estrategia elegidas. Cierto es que su experiencia como entrenador es mínima. Entonces, habrá que ver cómo trabajará en los entrenamientos para materializar sus ideas y de qué modo llevará adelante la planificación general que implica la conducción del seleccionado. Pero todo esto bien podría ser compensado con otra vuelta de mucho peso, la de Carlos Salvador Bilardo, el técnico más importante de la historia del seleccionado a partir del título de 1986 y el subcampeonato de 1990, quien será el manager. Es cierto que desde el Mundial de Italia ha dirigido poco y salteado, pero su capacidad y dedicación están certificadas. Todavía no se sabe si realizará trabajos de campo o si solamente se limitará al secretariado técnico, capitalizando sus muy buenas relaciones con muchos de los máximos dirigentes del fútbol mundial. El resto del cuerpo técnico (que todavía no está definido íntegramente) estará conformado por otros ex futbolistas de la era Bilardo.

Cuando según las propias palabras del presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Julio Grondona, no había apuro en definir al técnico del conjunto nacional, se conoció la designación de Maradona para buscar, dentro de poco más de un año y medio, el tercer título del mundo, luego del obtenido hace ya más de dos décadas con él como protagonista excluyente dentro de la cancha y Bilardo como ideólogo del proceso.

El técnico y el capitán del seleccionado campeón en México 86 le han sabido pegar duro al Jefe. Con toda lógica, claro. Siempre más áspero fue el Diez, quien denunció muchas veces el despotismo afista. Por su parte, el Narigón, (que también supo recibir estiletazos de Maradona) lo azuzó cuando reconoció sus aspiraciones de ocupar el despacho principal de la sede de Viamonte 1366. Del otro lado, el Pope le pegó a ambos, por turnos, con su labia pérfida. Así las cosas, Grondona, Maradona y Bilardo debieron tragarse sapos en la reunión cumbre de ayer en Puerto Madero.

Hoy en las buenas, seguramente más adelante llegarán los choques con el mandamás. Sin ser lo ideal, no será un problema grave: Passarella y Bielsa supieron hacer su trabajo sin relación con la cúpula. Sí sería inconveniente que haya cortocircuitos entre Maradona y Bilardo, algo que se evitará con una clara asignación de las tareas de uno como entrenador y otro como manager. En su primera exposición pública, Maradona declaró que será él quien dirija las prácticas y arme el equipo, pero “sin dejar de escuchar a alguien que sabe tanto como Carlos”, quien por su parte dejó bien en claro que la cabeza será Maradona. El mayor inconveniente estará en las trabas que esta nueva conducción encontrará en los acuerdos comerciales que la AFA.

El impacto del desembarco de Diego tuvo resonacia a nivel mundial. A las pocas horas de conocerse la novedad no había portal de noticias en el globo que ignorase la noticia. Como siempre lo hicieron, Maradona y Bilardo le entregaran hasta lo último que tengan a la selección en un proceso que despierta una expectativa nunca antes generada.
(Foto: Lanacion.com.ar)

Patricio Insua
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lunes, 27 de octubre de 2008

La colonización comercial de la selección

No hay apuro en designar al técnico de la selección. Así lo reconoce el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Julio Grondona, y por eso aún no anunció quién será el entrenador nacional. Ocurre que la comercialización del conjunto albiceleste es lo prioritario; recién después está lo deportivo. Si todavía no se conoce al reemplazante de Alfio Basile es por las grandes roscas que implica tal decisión.

El contrato con Renova que condiciona las convocatorias para los amistosos que la propia empresa rusa organiza eligiendo rival y escenario, la pesada voz del monopolio mediático que mantiene un estrecho vínculo con la AFA, los sponsors que también pretenden tallar en la cuestión y muchos otros intereses son los obstáculos que desde el vamos tendrá el elegido. Además, deberá soportar al plantel paralelo, el de los dirigentes que vuela con el equipo nacional, se alberga en los mismo hoteles, comparte las comidas, se pasea en los entrenamientos y dice presente después de cada encuentro en los vestuarios sin dejar de pedir camisetas y cuanta indumentaria esté al alcance de la mano.

En este marco, ningún entrenador serio podría aceptar el cargo, por saber que no están dadas las condiciones para realizar su trabajo. Pero el anhelo de llegar a ese lugar pesará fuertemente y eso es lo que permitirá contar con un hombre fuerte al frente del seleccionado. En el mismo sentido, los muchos muy buenos jugadores de los que se dispone y el amor propio que la gran mayoría de ellos demuestra hacen que pese a la colonización comercial del conjunto nacional, Argentina continúe siendo un grande a nivel mundial.

Según trascendió, Carlos Bianchi, líder en distintas encuestas, habría exigido para tomar las riendas del equipo nacional que se comprometa a los clubes argentinos para no negar jugadores y conformar un seleccionado local, que no haya ningún condicionamiento en las convocatorias, tener decisión en la elección de los rivales para los encuentros amistosos y otras potestades que –bien- entiende deben ser inherentes al cuerpo técnico. Evidentemente esto choca contra los negocios de la AFA. Si el Virrey quiere ser el DT, lo mismo que Diego Armando Maradona y Miguel Ángel Russo, los otros dos candidatos, tendrá que dejar de lado varias de sus pretensiones, las cuales son absolutamente lógicas y ni siquiera deberían ser aclaradas.

La determinación de establecer un interinato, hecho inédito desde la reestructuración de las selecciones nacionales en 1974, desnuda aún más la realidad. Que Sergio Batista, responsable de la Sub 20, dirija a la selección ante Escocia el mes próximo expone que la prioridad es la caja. De todos modos, hay dirigentes que le asignan mayor importancia a dicho encuentro, ya que impulsan el nombramiento definitivo del Checho (pese a sus muy cuestionables cualidades para hacerse cargo de tamaña responsabilidad) y entienden que una victoria con buen rendimiento ante los británicos favorecería su postura.

La AFA no tiene apuro en nombrar al nuevo seleccionador nacional. Se tomara todo el tiempo que sea necesario para garantizar el aceitado funcionamiento de lo importante: dejar bien a resguardo las ganancias de los verdaderos dueños del seleccionado. Habrá que ver si la dedicación que ponen desde la casa matriz del fútbol argentino en cuidar ese negocio es la misma que le asignarán al análisis sobre cuál es el cuerpo técnico más idóneo para este momento, cuando queda poco más de un año y medio para el Mundial. Es decir, si se indagará al entrenador elegido sobre su proyecto futbolístico y cuál es el plan de trabajo que tiene estipulado para cuando no esté con los jugadores, qué rol tendrá cada uno de quienes integren su cuerpo técnico, de qué modo se establecerá un contacto permanente con los jugadores y todas las demás funciones, programaciones y responsabilidades que no pueden omitirse en la elite del fútbol mundial.
(Foto: Lanacion.com.ar)

Patricio Insua
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lunes, 20 de octubre de 2008

Un golpe difícil de revertir para Simeone y River

Se sabía que quien cayera derrotado quedaría agonizante por una herida grave. La nueva edición del superclásico enfrentaba a un River carente de juego y necesitado de puntos con un Boca afectado principalmente por la ruptura interna del plantel. El choque entre los dos tanques del fútbol argentino tenía mucho más que ver con el orgullo de ganar este campeonato aparte que con el tránsito de ambos en el Apertura. Desde lo matemático, el triunfo le servía a River para abandonar el fondo de la tabla y a Boca para no alejarse aún más de San Lorenzo, el líder, y continuar a 8 puntos. Demasiado poco para ambos y por eso el valor extra al que ya de por sí se sabe implica el derbi.

Como consecuencia de la inviabilidad de establecer proyectos por la falta de paciencia, la demagogia de los dirigentes y el formato de los torneos –entre otros factores-, el encuentro en el Monumental era de sumo riesgo para los entrenadores, Diego Simeone y Carlos Ischia. Pese a que uno obtuvo el último torneo local y el otro fue hace pocos meses campeón de la Recopa Sudamericana, el descontento por el mal presente claramente los condicionaba.

De este modo, el gol de Lucas Viatri, el único de la tarde, actuó como el muy buen y esperado bálsamo xeneixe. La ausencia de victorias que había alejado a Boca de la cima del campeonato pasó a segundo plano tras el todavía nunca aclarado affaire Caranta y el choque dialéctico entre Cáceres y Riquelme (ambos de buena actuación en el Monumental, sobre todo el hombre de la selección argentina). Así, el triunfo aquietó las aguas en La Ribera y le dio aire a su entrenador, cuestionado no tanto por el rendimiento del equipo como por su manejo del plantel.

En tanto, River quedó hundido en el mar de sus propios errores y Diego Simeone tecleando en su cargo. Visiblemente dolido por la derrota, el entrenador lanzó una frase en la conferencia de prensa posterior al partido que bien pudo ser el prólogo de su despedida: “Soy un agradecido a River por la oportunidad que me dio y siempre voy a querer lo mejor para este club”. Si se produce la eliminación de la Copa Sudamericana ante Chivas de Guadalajara –la serie se definirá la primera semana de noviembre, en México- no podría sorprender el alejamiento del actual cuerpo técnico. Significaría la estocada final para un equipo perdido, confundido y nervioso en el cual, por culpa de unos u otros, el mensaje del técnico no llega a los jugadores.
(Foto: Lanacion.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

viernes, 17 de octubre de 2008

Final anunciado: Basile dejó de ser el técnico de la selección

El pésimo rendimiento y la consiguiente derrota ante Chile fueron la estocada final para el segundo ciclo de Alfio Basile al frente del seleccionado nacional. Un proceso en el que jamás se encontró el equipo y tampoco evolucionó a lo largo de sus distintas presentaciones tuvo un 2007 con sus peores resultados y sus más flojas actuaciones. El final era tan obvio como necesario.

Es positiva la salida de Basile, quien hace tiempo enterró el buen técnico que supo ser. Argentina desperdició con él dos años en los que con una gran cantidad de buenos jugadores nunca logró armar realmente un equipo. Apenas algo en la Copa América y otros esporádicos momentos fueron demasiado poco. Así, se perdió trascendencia en el concierto internacional. Nunca valoró lo colectivo y la planificación. Jugó siempre a lo que salga, a la suerte de que los jugadores se levanten bien y al refugio de las cábalas. Se va, además, un cuerpo técnico de formas deplorables: insultos a los rivales, falta de respeto con los periodistas, cigarrillos en el banco de suplentes, declaraciones desubicadas y explicaciones futbolísticas con filosofía de bar. Agotado el ciclo Basile es saludable que el cambio de mando se haga ahora y se dé inicio a uno nuevo con un cuerpo técnico a la altura de las circunstancias y las responsabilidades.

Basile se excusó siempre en la falta de tiempo, pero lejos estuvo de aprovechar cada momento en que contó con los jugadores. Tampoco le interesó dirigir al equipo olímpico, dónde hubiese tenido todavía más tiempo para trabajar con muchos de los integrantes del seleccionado mayor y preparar una reserva para apuntalar al grupo central de jugadores por él elegido. Justamente fue esa su tarea exclusiva: convocar buenos jugadores entre un universo por demás generoso. Pero está comprobado que sólo el talento no alcanza.

Por diversas cuestiones y seguramente de modo inconsciente, los futbolistas dejaron de responderle a Basile. Probablemente, el hecho de estar inmersos en el súper profesionalismo, en equipos donde cada detalle es tomado en cuenta, y encontrar en Ezeiza el marcado contraste de una organización improvisada hizo que no se consustanciaran enteramente.

A 20 meses de la Copa del Mundo se impone la contratación de un entrenador con experiencia y gran apego al trabajo, maximizando cada uno de los momentos en que disponga de los jugadores y estando pendiente en el día a día de cada detalle que rodea al equipo nacional. Un técnico sin recorrido pero que haya sido cacique con la albiceleste no es una mala alternativa. Será un ciclo corto, no con cuatro años para preparar el equipo mundialista como sí dispusieron Menotti, Bilardo, el propio Basile en su primer ciclo, Passarella y Bielsa. El tiempo de quien llegue será la mitad, como le ocurrió a Pekerman antes de llegar a Alemania 2006.

El nuevo entrenador de la selección -que es necesario sea nombrado prontamente y ponga inmediatamente manos a la obra- deberá ser firme ante las autoridades de la AFA en relación a las condiciones para llevar a cabo su trabajo. No tendrá que conceder cuestiones fundamentales y contar así con poder de decisión en la elección de los rivales para los cotejos preparatorios y disponer de los jugadores que requiera sin condicionamientos de la empresa rusa Renova ni de nadie. En este sentido, deberá procurar que los clubes argentinos cedan a los jugadores cuando se los requiera y hacer valer con los de Europa las reglamentaciones de la FIFA para las selecciones nacionales. Si por el contrario quien llega acepta las actuales condiciones será muy difícil que Argentina pueda tener aspiraciones de un protagonismo principal en la máxima cita futbolística.
(Foto: Criticadigital.com.ar - Télam)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

jueves, 16 de octubre de 2008

Caída libre

La selección argentina paga el precio de la improvisación constante. No hay planificación, se juega a lo que sale en cada partido. Hace dos años se reiteran los mismos errores, por lo que ya se trata de falencias crónicas. La pelota parada a favor se desperdicia y la que viene en contra se padece, hay un estatismo que hace que los defensores no pasen la línea de los mediocampistas y tampoco éstos la de los atacantes, no hay cobertura de espacios en defensa, ni variantes en ataque. Se desprecia la estrategia, la mecanización de movimientos, la sujeción táctica para las virtudes individuales. La impronta de los talentos sigue siendo el plan A, B y C. No hay nada que vuelva a esta selección un equipo, un colectivo organizado. Entonces se juega decididamente mal.

Así, en otra muy pobre actuación, se perdió ante Chile por la primera fecha de la segunda rueda de las Eliminatorias. Y la primera victoria oficial de la Roja se gestó a partir de pulverizar táctica y conceptualmente al seleccionado argentino. En muchos pasajes fue realmente un baile y el 1 a 0 final fue exiguo, dado que diferencia acorde al trámite era de tres goles.

Desde que se inició este ciclo, el conjunto dirigido por Alfio Basile no ha logrado hacer una jugada como la que culminó en el tanto del equipo de Marcelo Bielsa: toques, verticalidad, cambio de frente, jugadores desprendidos al vacío y un stopper dando el pase gol fueron algunas de las virtudes del golazo que se inició en el sector izquierdo de la defensa chilena y culminó en el ala derecha de su ataque.

Antes de la derrota en Santiago, Argentina había pretendido tapar sus carencias con el triunfo en el Monumental 2 a 1 ante Uruguay. En ese partido logró lo que más imperiosamente necesitaba: los 3 puntos. Pero el modo en que se los consiguió no apagaron las luces de alarma. En el cotejo ante los charrúas se vieron en pasajes del primer tiempo presión, velocidad y verticalidad para buscar el arco rival. Pero en el complemento volvió a mostrarse endeble en defensa, largo entre líneas y falto de coordinación.

Basile argumenta que no hay tiempo de trabajo. Esto constituye una evidente falacia, ya que a todos estos jugadores los ha tenido en muchos entrenamientos para encuentros de eliminatorias y otros partidos en los últimos dos años. Sin embargo, no ha logrado ningún avance en la fisonomía de un equipo como tal. Y esto ocurre porque la falta de tiempo es una excusa desde el momento en que no trabaja con los jugadores cuando los tiene: rara vez hace doble turno y abundan los entrenamientos livianos y distendidos. Gerardo Martino y Marcelo Bielsa, dos técnicos argentinos que dirigen en eliminatorias, dan la pauta de que se puede tener equipos con identidad propia pese a no poder realizar gran cantidad de prácticas y a que la mayoría de sus dirigidos están en el extranjero.

La principal planificación tomada por el cuerpo técnico argentino para enfrentar a Chile fue vestir de azul y no hablar con la prensa antes del partido. Seguramente porque consideraron ambas cosas cómo algo fundamental para conseguir el triunfo ante Uruguay. Estas cuestiones, como el talco, los cuernitos y los cigarrillos nunca faltan, pero nadie se preocupó por advertirle a Juan Román Riquelme, a quien consideran amo y señor del equipo, que arrastraba una amarilla (el propio jugador reconoció tras el partido ante el seleccionado oriental que se enteró en el vestuario que tenía una amonetación previa y por eso se perdía el encuentro ante Chile).

Argentina dispone, quizás, del mejor plantel que pueda armar un seleccionado. Pero las respuestas individuales no aparecen. Esos mismos futbolistas que constituyen aportes fundamentales en los más importantes equipos del mundo no hacen la diferencia con la casaca celeste y blanca. ¿Por qué Lionel Messi no es crack como en Barcelona? ¿Por qué Sergio Agüero no hiere como en el Atlético de Madrid? ¿Por qué Carlos Tévez no es la tromba que arroya en el Manchester United? ¿Por qué Estaban Cambiasso y Javier Zanetti son intrascendentes y no hacen el aporte que le significan al Inter? Y así con casi todos. Porque no hay plan y no hay lucimiento posible sin una plataforma seria de trabajo. Lo que falla es el técnico y lo que no hizo hasta aquí nada prevé que lo hará de cara al futuro. Por eso se impone un cambio; ahora, cuando todavía hay tiempo de cara al Mundial.

La selección argentina juega en el piso de sus posibilidades. Muestra lo mínimo que se puede esperar de la conjunción de jugadores de probada jerarquía. Juntar buenos futbolistas es apenas el primer eslabón en la cadena de tareas de un entrenador. Al desdeñar el juego de equipo, no disponer de un esquema táctico que dé una identidad definida y reiterarse en errores conceptuales, se dilapida un potencial enorme. De este modo, no se pueden tener aspiraciones acorde a la historia del seleccionado. El juego que Argentina desarrolla desde hace dos años lo pone claramente de punto ante el resto de las selecciones importantes, aquellas que irán al Mundial a buscar la gloria.
(Foto: Lanacion.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

lunes, 13 de octubre de 2008

Canallada

La calma, la reflexión, el análisis sesudo, la mesura y el buen ejemplo les son obligatorios a quienes conducen. Más todavía cuando se trata de momentos álgidos, de situaciones tensas. De lo contrario, los cuestionamientos se multiplican, el descontrol se impone y la violencia –en alguna o varias de sus formas- se adueña del terreno. A todo esto le abrió la puerta Horacio Usandizaga, presidente de Rosario Central, con desorbitadas declaraciones; sobre todo por la responsabilidad que le cabe.

En la inauguración de la peña “Mario Alberto Kempes”, en Funes, Santa Fé, el titular del popular club rosarino arremetió con una desmesura inusitada contra los jugadores del plantel profesional y los integrantes del saliente cuerpo técnico encabezado Pablo Vitamina Sánchez, ídolo de la institución. “Estoy caliente porque nosotros cumplimos con todas las obligaciones que tenemos; con los jugadores, el cuerpo técnico y los empleados del club. Entonces, así como nosotros cumplimos con todos y nos rompemos el culo todos los días para hacerlo, ellos (los jugadores) también se tendrían que romper el culo cuando entran a la cancha, usando también la cabeza”, fueron los primeros disparos de la verborragia del Vasco. Y continuó: “Yo dije que este iba a ser un torneo de transición, pero esto no justifica que estemos jugando como lo estamos haciendo ahora, que estamos jugando para la misma mierda, porque no hay orden en la cancha”.

“Las responsabilidades las tenemos que compartir. Nosotros, los dirigentes, cumplimos la cuota parte que nos toca, que asuman la suya el cuerpo técnico y los jugadores. Entre todos somos responsables de este mal momento, que es pasajero. Central va a salir adelante. Va a salir o los voy a matar a todos estos hijos de mil puta; jugadores, técnicos y lo que carajo sea”, amenazó el máximo dirigente centralista. Luego dio a conocer que “por salvarse del descenso, ellos (los jugadores) cobraron un millón de dólares de premio y el cuerpo técnico (el de Leonardo Madelón) 200 mil dólares” y finalmente se preguntó de modo retórico “¿qué más quieren?”.

Tras haber cometido el delito de amenazar de muerte (lo sabe perfectamente porque es abogado), fomentar la violencia al predisponer mal a socios e hinchas contra los jugadores e incurrir en la falta ética de ventilar cifras obscenas de acuerdo a las carencias económicas que han de tener la enorme mayoría de quienes cada fin de semana colman en Gigante de Arroyito, Horacio Usandizaga ya tendría que haber puesto su renuncia a disposición. De lo contrario, la instancia arbitral del club tendría que revocarle su mandato y si esto tampoco ocurre la sanción debería llegar desde la Asociación del Fútbol Argentino. Claro que nada de esto ocurrirá. Bajo el reinado de la impunidad y con la filosofía del todo pasa nada es como debería.

Horacio Usandizaga llegó a Rosario Central como una brisa de aire fresco necesaria para un club con un hedor preocupante. Entonces, se propuso disminuir el margen de maniobra de las muy bravas facciones de la barra, denunció corrupción en la dirigencia precedente y buscó ordenar las finazas. Pero más tarde incursionó en conductas como nombrar a su hijo asesor legal del club y en lo futbolístico despidió a Madelón para luego traer y descartar a Vitamina. Las controvertidas declaraciones recientes muestran que Central, un peso pesado, sigue sin poder ordenarse para recuperar el lugar que supo tener.
(Foto: Pagina12.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

miércoles, 8 de octubre de 2008

Marcadas diferencias generaron una ruptura en Boca

La mala producción del equipo y la falta de victorias en el Apertura invitaban sólo a un análisis del mal momento futbolístico del equipo, una preocupación menor en un club que en la última década tuvo la mayor gloria deportiva de su historia. Pero la exclusión de Mauricio Caranta para el partido ante Estudiantes, con declaraciones cruzadas entre el propio arquero y Carlos Ischia, y el durísimo intercambio de acusaciones de Julio César Cáceres y Juan Román Riquelme pusieron en primer plano una crisis que salió a la luz con toda su crudeza tras haberse gestado internamente.

“No pregunto cuando entro y tampoco cuando salgo”, se defendió el guardavalla cuando supo que no estaría ante el Pincha, cotejo tras el cual, con tono cortante, el entrenador respondió ante la requisitoria periodística que no se referiría más al tema. Pese a esta realidad, el cordobés aseguró posteriormente ante la prensa que acordó su salida con Ischia por un “problema personal y familiar muy delicado”, algo que poco antes habían negado su padre y su representante. Si así ocurrió y ese era el real motivo, ¿por qué no se expuso algo que no hubiera generado ningún cuestionamiento o elucubración y se armó lo que entonces fue una puesta en escena? Además, es curioso que algo tan grave lo haya afectado sólo un fin de semana, ya que afirmó estar ahora a disposición. Falta de sinceridad, ocultamiento y contradicciones dejaron la verdad bien a resguardo.

Pero cuando Caranta oscurecía aún más las circunstancias de su marginación a partir de una muy endeble explicación, un nuevo y más fuerte estallido sacudió el seno del plantel xeneixe. El misil, de largo alcance, fue activado por el paraguayo Cáceres desde la concentración del seleccionado guaraní en Asunción. Su carga explosiva estuvo compuesta por una serie de declaraciones en las cuales aseguró que Riquelme “es una persona complicada”, que “a veces aparenta correr” y que “en el vestuario no habla con nadie”, al tiempo que se ocupó de desmentir que Caranta haya pedido dejar el arco. “Este muchacho me da risa, se fue mal de todos lados. A Boca no le dio nada”, fue parte de la dura réplica del capo del equipo.

La voz de Cáceres fue la que se oyó, pero seguro no es la única en la interna del vestuario. Ocurre que exponer el asunto ante los ojos de todos multiplicó el efecto. Los beneficios de los que goza JR, de flojas actuaciones en sus últimas presentaciones, generan resquemores entre varios de sus colegas. Las indicaciones dentro del campo de juego y el fastidio ante el error de un compañero, disponer cuándo juega (algo que también ocurre en la selección y en el hecho de haberse autoinstalado como uno de los mayores para ir a Pekin) y la sideral cantidad de dinero que cobra son algunos de los focos del conflicto. Dispone de un poder excesivo que altera el escalafón, por eso aseguró que “si (Cáceres) se quería ir (de Boca)” no tenía porqué meterse con él; asumiendo que quien lo enfrenta no tiene lugar en el club o queda relegado. Se sabe de su distancia con los otros referentes del plantel, lo mismo que ocurrió en el primer ciclo del Carlos Bianchi y de la falta compromiso con el grupo que lo alejó del Villarreal, institución que nunca lo extrañó.

Ischia queda tambaleante porque su autoridad está jaqueada. Fue su propia elección. Se prestó a darle al inconveniente con Caranta características de culebrón en lugar de acudir a la claridad de la verdad y avaló las licencias del ídolo que molestan a otros futbolistas. Riquelme no es una persona dócil, los conflictos de los que fue parte lo evidencian. Pese a esto, con una erogación de casi 50 millones de pesos, la dirigencia optó por su contratación, para satisfacción de la gran mayoría de los hinchas pero a sabiendas de que su presencia altearía la ideal convivencia del plantel y su relación con el cuerpo técnico.
(Foto: Ole.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

lunes, 6 de octubre de 2008

San Lorenzo se encamina firme al campeonato

El meridiano del torneo puso frente a frente, en el estadio José Amalfitani, a los dos equipos más sólidos, Vélez y San Lorenzo. Sin embargo, pese a las emociones, no fue un partido con brillo, algo habitual cuando se enfrentan dos buenos conjuntos, ya que las virtudes de uno y otro generan una neutralización mutua. Claramente marcada esa paridad en el primer tiempo, el trámite del complemento, sobre todo por empuje, era favorable a los dirigidos por Hugo Tocalli cuando llegó el gol de Bernardo Romeo a poco del final para darle la victoria al líder del Apertura. De esta manera, el conjunto azulgrana enhebró su quinto triunfo consecutivo y se despegó a cinco puntos de ventaja de sus inmediatos perseguidores, Newell´s y Tigre. El cielo de los de Russo es diáfano, el camino está claramente marcado y el horizonte, ya más cercano, deja ver la meta esperada.

De todos modos, la mesura -que parece siempre obligatoria- en los de Boedo parte de su entrenador, quien aseguró tras el cotizado triunfo que aún falta mucho. Aunque si falta mucho, también entonces pasó mucho; así es en estos breves campeonatos de 19 fechas. Lo cierto es que en este contexto para que San Lorenzo no festeje un nuevo título, de los diez partidos que restan deberá perder al menos tres partidos y empatar otros tantos. Nada hace prever que esto pueda ocurrir con un equipo que sabe perfectamente a qué juega y tiene una gran confianza a partir de un equilibrio importantísimo: es el equipo menos vulnerado con apenas 4 goles en contra, tiene un mediocampo que combina marca y juego desde la conducción de Cristian Ledesma y muchas variantes en ataque con muy buenos delanteros de distintas características como Bergessio, Silvera, Romeo y Menseguez.

El panorama para San Lorenzo es óptimo no sólo por su gran presente, sino además por los problemas de sus rivales directos. Tigre, escolta y otro de los muy buenos equipos del certamen, cayó en Rosario ante Newell´s (que junto con Lanús fueron los que ganaron en la novena fecha para prenderse arriba), Vélez desaprovechó la oportunidad de acercarse en el choque directo y Boca sufrió su segunda derrota consecutiva como, prolongó su mal presente y quedó a 8 puntos de la cima.

San Lorenzo produjo ante Vélez su actuación más discreta, pero mostró virtudes alternativas para cuando las cosas no salen como se desea. Al orden habitual le agregó paciencia, concentración, ímpetu para soportar la envestida rival y frialdad para capitalizar al máximo la oportunidad que se le presentó en el epílogo. Estas credenciales le permitieron quedarse con tres puntos que lo consolidan en lo más alto de la tabla y la dan una diferencia que será muy difícil de achicar para los que están por detrás.

En su llegada, Miguel Ángel Russo se preocupó por superar las diferencias surgidas en el plantel en la última etapa del ciclo de Ramón Díaz. Aceptó que por las características de los jugadores que tenía en defensa era conveniente una línea de cuatro y no una de tres como normalmente prefiere, asimiló sin traumas la eliminación de la Copa Sudamericana y mostró tranquilidad cuando los refuerzos (nada menos que Ledesma, Barrientos y Solari) no llegaban.

San Lorenzo es el mejor equipo del certamen no sólo por ser el que más puntos cosechó, sino fundamentalmente por el modo en que logró sumar más que el resto. Lo hizo desde una gran fineza táctica y una repentización que le permitieron mostrar el más atildado y efectivo juego del campeonato sin escatimar una buena estética del mismo. Así, las propias virtudes, la gran ventaja obtenida promediando el torneo y los problemas de los que vienen detrás encaminan a San Lorenzo al undécimo título de Primera División de su centenaria historia.
(Foto: Lanacion.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com